
Cómo ya sabéis la cultura no para en Girls from today. Hace algunos días compartimos en stories las imágenes preciosas de la fotógrafa. Fotografías que iban acompañadas de textos esperanzadores sobre lo que íbamos a hacer cuando todo esto acabe.
Hoy queremos acordarnos de todas vosotras, sobre todo las que estáis pasando esto solas. Hemos querido preguntar a la artista y talentosa Cecilia Álvarez -Hevia Arias, una de las fotógrafas detrás de @Díasdevinoyrosas que nos cuente cómo lo está viviendo ella. Me la imagino todo el día sin sujetador y de repente otro día arreglándose para ella misma. Llenándose de inspiración con todo lo que ve a su al rededor. Con sus cosas y las cosas de los demás a través de una pantalla. Todo eso que ella, aún sin saberlo, está almacenando en su memoria para que un día de estos convertirlo, otra vez en imágenes maravillosas.
Os dejo con ella.
Pasar una cuarentena sola no es algo sencillo. Vivo sola desde hace casi 5 años, con lo cual tengo bastante experiencia en hacer de mi gato, mi casa, mis libros o mis recuerdos un hogar. Pero ahora mismo estoy aprendiendo a hacer de mis amigos mi hogar aunque sea por Skype, de mi familia mi hogar aunque sea por FaceTime, de mi pareja mi hogar aunque esté a 17.295 Km y aún no sepa cuando o cómo va a poder volver a su país. Estos días todo es incertidumbre, y para mí, “LA REINA DEL CONTROL” esta siendo todo un reto. No sé cuando podré volver a trabajar, ver el mar, abrazar a los míos o beberme un vermut con un pintxo en el bar de abajo de casa. O si tan siquiera podré pagar el alquiler el mes que viene en esta ciudad maravillosa (a la par que carísima) que es San Sebastián, ya que todas mis fotos de los próximos dos meses han sido pospuestas o canceladas. Ya sabes, la vida del autónomo.

HOLA ANSIEDAD :) Pero todo esto esta siendo un valioso aprendizaje, mis prioridades han cambiado en la última semana. Ya no me preocupa cuando podré volver a trabajar (o al menos no tanto). Hace dos días tuve fiebre y malestar, mis padres desde Asturias querían mandar a los GEOS y a la UME a buscarme en helicóptero para llevarme de vuelta a casa. Cosas de padres... Me desmayé en el supermercado por un bajón de tensión y nadie absolutamente nadie vino a ayudarme. Sentí de primera mano la indiferencia y la poca solidaridad de las personas, al cabo de un rato largo de estar tirada en un banco, una cajera me preguntó desde demasiado lejos si necesitaba algo, con un hilo de voz le dije : Una Coca-cola por favor... Me la dio como si yo fuera una apestada, obviamente la tuve que pagar. Ese día pase miedo, mucho miedo de estar sola y en cuarentena, con fiebre y casi sin poder moverme de la cama. Gracias al cielo, fue solo un susto, supongo que los nervios y la psicosis nos está jugando a todos malas pasadas y las defensas no están en su mejor momento. Al día siguiente me levanté como una rosa y con muchísimos mensajes de amigos, y familia, preguntándome cómo estaba, ofreciéndose a dejarme tuppers en el descansillo o incluso a mudarme con ellos sin fecha límite, volví a sentirme afortunada.

Ahora mis prioridades son estar sana, y que los míos lo estén. Que Unai ,regrese o no, esté bien en el otro hemisferio, que den las ocho y volver a sentir el calor de esos aplausos como si fuera un abrazo, que no haga frío para poder abrir las ventanas de par en par y sentir que estoy más fuera que dentro, que la señora mayor que vive enfrente siga estando ahí cada tarde cacerola en mano gritando "BORBONES LADRONES” , que EL INTERNET no se estropee nunca, salir de la cama antes de las 9 de la mañana porque hay 15 minutos de luz preciosa en mi salón, que haya un nuevo meme que me haga sonreír, sentir la cercanía de personas a las que ni tan siquiera conozco gracias a las RRSS, cenar con mis amigos vía Skype, que no me de una contractura al hacer sentadillas por aburrimiento, inventarme coreografías para hacer un video sorpresa para el cumpleaños de Laura, ya que no podremos pasarlo con ella u organizar matemáticamente la compra y las recetas para tener que ir al super lo menos posible y no ponerme ni ponernos en peligro gratuitamente.

Esas son ahora mis prioridades y secretamente no dejo de preguntarme si en algún momento nos daremos cuenta que todo esto también ha traído algo bueno. Solo espero que cuando esto pase, ya no nos olvidemos nunca dar valor a lo que realmente importa. Cecilia
¡Ánimo a todas las qué en este momento estáis solo con vosotras mismas!