Hace una semana vi en el Instagram de Laia Rafols Llorens una foto preciosa de una mujer sacándose leche de sus pechos. No lo dudé y le propuse publicarla junto a un texto de la protagonista que hablara sobre cómo se sentía siéndomelos madre y que le provocaba la fotografía.
Os dejo con esta belleza, gracias Laia y María por dejarme compartir esto en Girls From Today.
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foto: Laia Rafols
Sacarse leche es un coñazo. Es molesto, a veces duele, hace ruido, da pereza... no hay espacios habilitados para ello en casi ningún lugar. Estoy aburrida de montarlo, desmontarlo, fregarlo, y vuelta a empezar. Y me siento como una vaca lechera. Sobre todo, eso.
Me daba mucho respeto ir a una boda un mes después del nacimiento de Pol, tres días después de su alta hospitalaria por prematuro y bajo peso, en plena recuperación postparto después de pasar por una preeclampsia grave.
Me daba vergüenza tener que desaparecer cada dos o tres horas, tener que pedir que me dejaran un lugar tranquilo e íntimo, verme sola sacándome leche para que mis pechos no rebentaran mientras mis amigos se emborrachaban.
Pero no podía perderme la boda de Marta y Quique.
Esta foto me la sacó mi amiga Laia en una de mis "retiradas" para sacarme leche. La veo y me siento sexy, me siento empoderada. Me siento orgullosa de haber ido, de haber bailado, de haber estado allá para mis amigos.
El sacaleches fue mi aliado, lo que me permitió ir a la boda, disfrutarla y volver con un montón de leche para Pol. Además, me regaló uno de los momentos de amistad más divertidos que recuerdo, compartiendo colocón, arte y maternidad.
Lo amo y lo odio a partes iguales.